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El paso por Kalt Rindar - Cap 3

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Llevaban ya varias horas siguiendo el rastro. Godur les había indicado que sería fácil de seguir, pues los atacantes parecían verdaderos cachorros cuando se trataba de ocultar su rastro. El rastro los había llevado a un bosque gris y frío que poco a poco se había vuelto más y más espeso y también mas oscuro.

Algunos de los guerrero comenzaban a ponerse ansiosos por no hallar a los bandidos, aunque sabían que Godur los guiaría a ellos tarde o temprano. Aún así, Orful espada rota se mostraba cada vez mas impaciente.

- ¡eftir forfeður! qué tan lejos pueden estar unos simples börn geit - preguntó el enorme guerrero, mientras jugaba cambiando de mano a mano su espada. Era larga y ancha y pese a estar rota medía mas de 4 palmos.

- róa Orful... ya los encontraremos, y entonces les demostraremos la ira de los ancestros - respondió Velathan, la Skjaren, que hasta ese momento había estado bastante silenciosa. Caminaba con paso firme, pero parecía cojear levemente con la pierna izquierda.

- Jormungr... ¿que le sucedió? - preguntó Philippa al gigante.

- Fue atacada por bestias salvajes cuando era pequeña... siempre ha rengeado, pero que eso no te engañe, es tan fiera y peligrosa como cualquier Aaren - le respondió Jormungr.

- No lo pongo en duda... - agregó la mujer, observando con mas calma a los presente.

Estaba impresionada, pues cada uno de ellos era intimidante, fuerte y a la vez único. Valgur, el padre de Jorm, llevaba el cabellos largo, similar a una melena, de un rojizo color fuego, con muchas trenzas pequeñas y un sin fin de amuletos. Tu torso iba casi desnudo y tenía una gran colección de cicatrices y tatuajes. Orgul, vestía pieles sobre sus hombros y el kilt atado a la cintura, su espada, como su nombre indicaba, estaba rota, pero seguía siendo enorme. Le faltaba un ojo, y un enorme bigote ocultaba lo que a Pippa le parecían un par de enorme cicatrices. El viejo Godur, como siempre vestía sus pieles blancas y grises, al igual que su espesa barba, y cargaba un carcaj lleno de flechas y un arco recurvado claramente peligros. Por último estaba Velathan. La mujer era hermosa, pese a lo curtido de su rostro tenía los ojos claros como esmeraldas, el cabello largo y rojizo trenzado en largas y gruesas trenzas que caían en su espalda. Llevaba un pantalón de cuero blando y una camisa de lino, y se cubría del viento con una gruesa capa de lana verde oscuro, no llevaba un arma a la vista, pero a Pippa le parecía haber visto la empuñadura de una espada oculta por su capa. Completaban el grupo Jorm con su espada y ella misma.

Cerca de una hora después, Godur apareció de regreso con el grupo, pues se había adelantado para explorar una zona del bosque sin ser visto. Venía con el ceño fruncido y la barba crispada. Se acercó silencioso e hizo una seña para que el grupo se reuniera.

- Los tengo... están al este a menos de una hora de marcha. Pero no son un par de ladronzuelos, son muchos, conté unos 8, pero puede que hubiesen mas en un par de tiendas de campaña. - hablaba lento y suave, como cuando estaban cazando. 

- Vamos entonces, ¿qué esperamos? - inquirió Orful ansioso.

- ekki, Orful. Actúas como un perro rabioso. Si los atacamos como si nada podemos arriesgar la vida de los nuestros y el clan es lo primero. - le espetó Velathan.

- grrr... bien. ¿Entonces qué proponen? - replicó el.

- Están en un claro del bosque y confían en que nadie las ha seguido. Propongo un ataque sorpresa por dos lados, hay una loma alta que les protege del viento, y podría darnos tiros claros a Velathan y a mi... por otro lado si los arrinconan contra la loma, no les quedará mas que lucha o rendirse. Y eso se traduce en el mismo resultado. - habló el anciano cazador.

- ¡mhm! - Asintió Valgur, con un tono similar al que usaba Jormungr - entonces hagamoslo. Velathan y Godur subirán a la loma, Jormungr y Philippa los tomarán por la izquierda, Orful y yo por la derecha. Sin prisioneros, sin misericordia... son animales salvajes atacan al clan, deben aprender la lección.

Pippa se veía algo incomoda... matarlos a todos no le parecía correcto, si se rendían merecían un juicio justo. Se acercó a Jorm y le habló en voz baja.

- Jormungr... ¿no tienen juicios o algo? lo normal sería que los capturen y sean enjuiciados por la justicia no?

- ekki... ésta es nuestra justicia. Los Aaren son verdugos y el Skjaren es el juez... Velathan no se ha opuesto, así es que es lo justo. - la miró a los ojos y le hablo con un tono bajo casi como un gruñido - nuestros comerciantes suelen ser mujeres jóvenes o ancianos. Si esos animales atacan viejos y crias, el veredicto ya está dado...

- Comprendo...
- respondió, tragando saliva al ver la expresión en el rostro de Jorm y sus compañeros. Realmente iban a atacarlos con todo, y ella no podría detenerlos. Se ajustó las correas de la armadura y se preparó para lo peor, pues si lo que había escuchado sobre la gente de Jorm era la mitad de cierto, ésta sería una batalla cruenta y rápida como una tormenta.

Se prepararon y dividieron en los grupos, rodeando silenciosos el campamento y tomando las posiciones que les habían designado. Una vez cerca del campamento pudieron ver a unos 10 o 12 soldados en torno a una hoguera comiendo y bebiendo sin preocuparse de las dos muchachas atadas a un árbol al sur del campamento. Estos hombres no eran bandidos, sino soldados, profesionales y bien entrenados, llevaban armaduras bien cuidadas, y armas de buena calidad. Desertores, pensó Pippa, pues algunos aún llevaban a medio descoser las insignias de un reino que ella no lograba reconocer. El ver soldados venidos a ladrones hizo arder en ella una rabia que no creía posible, y toda duda sobre el ataque se disipó cuando uno de los soldados todo lascivamente a las muchachas atadas al árbol. Estuvo a punto de saltar y atacarle, pero Jorm le sujeto el brazo negando con la cabeza, y apuntando con la mirada sobre la loma. 

En la cima de la loma una silueta se dibujaba contra el oscuro cielo, apenas reconocible por el brillo de la luna entre las ramas. Velathan, tenia un puñal en la mano y observaba el campamento. Junto a ella, Godur tensaba el arco y soltaba una única flecha que golpeo a un soldado junto al fuego. Lo que siguió luego fue caos, acero y sangre.

El hombre aulló al ser herido por la flecha y un cántico furioso y poderoso inundó el lugar, mientras Velathan invocaba al trueno y al rayo que acudió a su llamado y cayó en el centro del campamento haciendo volar las cenizas y el fuego de la hoguera en todas direcciones matando a otros de los soldados e hiriendo a un par. Orful y Valgur salieron de entre los árboles aullando e invocando a los ancestros, mientras se lanzaban contra los centinelas del campamento. Jormungr se levantó y corrió, espada en alto y fuego en la mirada mientras cortaba el pecho de un enemigo, aunque el soldado era fuerte y veterano, y sujeto su espada con firmeza para defenderse. 

Pippa le vio salir y el frió gélido de la guerra se reflejó en su rostro. avanzó a paso firme y un soldado le salió al encuentro. Era jóven, con una desgreñada barba una espada apenas unos palmos mas corta que la de Philippa. El hombre le atacó insultándola, pero Philippa conocía esos ataques, los había repetido una y mil veces en su entrenamiento, desvió el corte a un costado y le golpeó en el rostro con la cruz de la espada, luego dio un segundo paso y le asestó una certera estocada de media espada en el pecho, acabando con la vida del desertor.

Por su lado Jorm se batía don el viejo soldado, que se negaba a caer. Blandía la espada una y otra vez intentando mantener a Jorm lejos de el, pero el gigante no temía las heridas y se avalanzó sobre el apartando de un manotazo la espada y clavándole su propia arma tres palmos en el vientre. con este ya eran seis enemigos menos, y seis mas por matar.

Los restantes actuaron rápido, dos se lanzaron contra Philippa, el primero con una lanza corta, pero Pippa conocía esas armas y con rápidos movimientos de su espada logro desviar las arremetidas del soldado. Por desgracia el otro se había escabullido a su espalda y le dio un corte entre los hombros. Pippa giró para defenderse, pero el hombre ya tenía preparada la espada para un segundo corte, pero antes de que pudiese golpear, salió despedido a un costado con una enorme hacha clavada en un costado. Pippa reaccionó y se deshizo rápidamente de su otro enemigo, y observo a la distancia como Valgur, luego de lanzar su hacha le mostraba una sonrisa cargada de orgullo y furia y desenfundaba un largo y curvo puñal de hueso.

Luego de esto la pelea fue rápida y certera, los bandidos no sabían pelear en la nieve y escasamente pudieron defenderse. Otro cayó a manos de Orful, dos más por las flechas de Godur, uno por el puñal de Valgur y otro por la espada de Jormungr. Un último enemigo que huía desesperado fue alcanzado por un segundo rayo que descendió de los cielos.

-¡Afi! - gritó la muchacha mas joven cuando la desataron, corriendo a los brazos de Godur. - Afi, estaba tan asustada... gracias...

- Tranquila pequeña... todo está bien. Estos perros no podrán volver a tocarte.
- respondió Godur abrazándola con ternura.

- ¿Afi? - preguntó Pippa a Jorm, mientras observaba su trabajo y limpiaba la espada con la capa de un caido.

- Abuelo... Ultha es la nieta de Godur. - respondió impasible.

En ese momento Pippa comprendió porqué habían atacado el campamento con tal brutalidad. El clan era tu familia, en todo sentido, hijos, hermanos, nietos, todos eran parte del clan y perder a uno significaba perder a parte de tu familia. Ahora comprendía un poco más por qué las leyendas hablaban de guerreros salvajes sedientos de sangre... no porque siempre fuesen así, sino porque cada vez que los Aarensfolk peleaban y mataban, era por el bien del clan... por el bien de la familia.

El viaje de regreso fue tranquilo. Caminaban silenciosos preocupándose de que las muchachas y el anciano que los soldados habían raptado caminasen con cuidado. Habían recuperado sus bienes, el oro y algunas cosas de valor de los soldados, por lo demás les habían dejado en el bosque, mientras Velathan le explicaba a Pippa que sus cuerpos alimentarían al bosque y así compensarían su pecado y barbarie.

Esa noche en el salón del hidromiel, se cantó una y otra vez la aventura de los guerreros. Se contó con lujo de detalles la pelea, las muertes, los gritos y la furia, y los skald cantaron la gesta nombrando a cada uno de los guerreros, sus linajes y sus sagas. Entonces cuando llegó el turno de Pippa, Ugna habló con voz amable y firme, maternal pero a la vez con la fuerza de un líder.

-Ven Philippa Hoffmeister. Ven y muéstrate ante los Aaren, ante el clan... - Philippa sin estar segura se levantó, y camino dudando hacia el centro de la estancia. Entonces Ugna continuó, mientras le sujetaba el brazo observando las cicatrices - Philippa Hoffmeister, frosinn sverð, la espada congelada... se bienvenida a nuestro clan, eres una más de nosotros y allí donde vayas los Aaren son tus hermanos, porque haz demostrado honor y furia al lucha por el clan.

- Yo... yo solo hice lo que era correcto
- respondió Pippa con un dejo de voz

- Y lo correcto era luchar por el clan, y tu lo hiciste... Ven también Jormungr mikill öskra, el gran rugido. - entonces cuando Jorm llegó junto a ella, la anciana y Ethea, madre de Jorm, les marcaron el brazo derecho con tinta, con diseños geométricos e intrincados nudos rituales, que los marcaban como hermanos de armas y como héroes Aaren - Reciban esta marca, como hermanos hijos y miembros del clan... ¡que los ancestros los protejan y les guíen en las tierras salvajes! ¡Aarensfolk!

Entonces todos en el salón gritaron y vitorearon a Jorm por sus hazañas y Pippa como nueva miembro del clan. Decidieron quedarse un par de semanas más entre los Aarenfolk, mientras las marcas de tinta eran reemplazadas por verdaderos tatuajes hechos por los hábiles artesanos Aaren. Durante ese tiempo Jorm le explicó a Pippa lo importante que eran sus nuevos tatuajes, pues si otro Aaren la veía en peligro la ayudaría, y sería bienvenida en sus caravanas, así como en las hogueras. Pero la marca también tenía responsabilidades, debía ayudar a otros Aaren que le pidieran ayuda y nunca debía poner en peligro al clan, porque sería juzgada con la misma fuerza que se juzga a alguien que comparte la sangre del clan.

Así pasaron las dos semanas, cazando, comiendo y disfrutando de las montañas y de la hospitalidad que el clan les daba... y con recuerdos, regalos y los buenos deseos de la familia de Jorm, emprendieron el viaje de regreso al sur, hacia la capital, donde su deber como soldados y la gloria de las batallas les esperaba. El viaje de regreso fue tranquilo, y en el camino Jorm le enseñó a Pippa a reconocer las señales del camino, donde podía encontrar comida y cobijo y cómo debía responder a esa amabilidad... Y durante todo el viaje se conocieron más y fueron más amigos y verdaderos hermanos, pues en el fragor de la batalla y el silencio de la espesura es donde los lazos se vuelven mas fuertes.

- Extracto de la saga de Jormungr Valgursson af Aarensfolk
Para :iconpokereino:

Última parte de este pequeño cuento... como siempre contado a modo de saga o "aventura épica" para aquellos que les gusta leer y que quieren saber qué estuvieron haciendo Jorm y Pippa durante estas tres semanas.

Espero que les guste y que disfruten del final de esta historia.

Disclaimer: si se fijan no nombro pokemon ni nada de eso, es porque el relato también es en parte canon de otra ambientación fantastica que creamos hace mucho tiempo conThe-Big-Pumpkin-Inc donde Jormungr, Pippa y estos otros personajes no son Gijinkas sino otro tipo de "razas".

Jorm, Valgur y los otros personajes son mios.

Pippa es de :iconthe-big-pumpkin-inc:
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